viernes, noviembre 25, 2005

PELI - Harry Potter 4 - y el Cáliz de Fuego


Cuarta entrega de la saga, tercer director; Mike "Cuatro Bodas y un Funeral" Newell. A medida que avanzan los libros, se incrementa considerablemente (casi se duplica, diría yo) el número de páginas de las entregas. Así pues, llegados a la cuarta parte el libro puede ser tranquilamente clasificado en el apartado de 'Tochos o Ladrillos'. Evidentemente, si nos ceñimos al ritmo de película por libro, tenemos que aceptar que gran parte del material secundario que encontraremos en el papel se esfumará o aparecerá simplemente esbozado en el celuloide.

Lo primero que llama la atención es que los tíos de Harry ya no están allí dando por el culo. Harry aparece directamente en casa de los Weasley, con quien se va a presenciar uno de los mayores acontecimientos del mundo mágico, el Campeonato Mundial de Quidditch. Y para ser el año del campeonato más importante de Quidditch, no se ve ni un mísero partido en toda la película. Lo que sí que vemos es que Victor Krum del equipo de Bulgaria es bastante jefe y que los fuegos artificiales mágicos son bastante más expresivos que los que estamos acostumbrados a ver. Pero ya desde el principio la sombra de Voldemort se hace notar, y es que en esta ocasión la amenaza viene directamente firmada con su sello, no oculta ni disimulada tras una máscara. Es por eso que cuando Dumbledore anuncia que este año se celebrará el Torneo de los Tres Magos en Hogwarts, reservado para mayores de 17 años, y el Cáliz de Fuego revela los nombres de 4 magos en lugar de 3 y uno de ellos es Harry Potter, de tan sólo 14 años, empiezan las sospechas, principalmente porque el joven mago asegura que él no introdujo su nombre entre los de los candidatos a campeones. Pero una vez escogido por el cáliz, un mago no puede echarse atrás y por eso Harry deberá demostrar a lo largo de tres pruebas su destreza en el aire volando montado en su escoba, bajo el agua sumergiéndose en la Laguna Negra y en tierra firme adentrándose en un laberinto de setos al más puro estilo de El Resplandor. Pero nada sucede azarosamente en esta historia, siempre hay alguien allí en las sombras estirando de los hilos, y Voldemort ha vuelto esta vez más fuerte y presente que en las anteriores entregas en el cuerpo de Ralph Fiennes.

Ah, pero ojalá Voldemort fuese la mayor de las preocupaciones de Harry. Ron y él sufren su primera crisis de amistad, de las clásicas en que uno deja de hablarle a su mejor amigo y empiezan a proliferar las frases que empiezan por 'Dile a...'. Además, con motivo del torneo, convivirán con los habituales de Hogwarts las expediciones de la escuela búlgara de Durmstrang con el campeón Victor Krum y de la academia femenina de Beauxbatons (cómo me duele cada vez que lo pronuncian 'Boxbátons') con la hermosa Fleur Delacour. La tradición obliga a la celebración de un clásico baile de instituto y al peor de los compromisos posibles a los que se le puede someter a uno a esas edades; pedirle a una chica que sea tu acompañante. El paso de la infancia a la adolescencia nunca ha sido especialmente sencillo, y si encima ya tenemos archienemigos talla XXXL y somos el centro de todas las miradas, la cosa no es ni de lejos más sencilla.

Nota: Durante el baile asistimos al florecimiento de Emma Watson, algo que llevábamos esperando desde La Piedra Filosofal, la confirmación de aquellas premoniciones de 'esta chica, cuando tenga unos años más,...'. En esta cuarta parte es donde Ron queda completamente epatado por la radiante Hermione y empiezan a aparecer los primeros síntomas de que, efectivamente, aquí hay tomate. Lo que pasa es que como es tradición la chica es la primera en madurar en ese aspecto mientras que el chico se mantiene en una actitud de negación pueril de los sentimientos.

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2 Comments:

Blogger Hombre Lobo said...

Ver este bodrio me jodió el fin de semana. ¿Pero en qué estaba pensando?

4:20 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Si la compleja relación Ron-Hermione te ha parecido irresistible aquí, espera a leer el sexto libro...

A mí sí que me gustó, aunque no es (para nada) la obra maestra que nos merecíamos los fans.

6:53 p. m.  

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