SITGES 2005 - PELI - Nuit Noire

Si metes a Kafka, Lynch, Freud y una cantidad ingente de pastillas de Rivotril en una coctelera y mezclamos todo bien bien bien revuelto y luego lo soltamos tal cual sobre el celuloide, así sin preocuparse de que haya una trama coherente, interseante, dinámica o cualquier combinación de las anteriores cualidades, lo que obtenemos es infinitamente superior a Nuit Noire.

Lynch es incomprensible cuando quiere, pero al menos sus películas avanzan en alguna dirección, aunque no sepamos cual es. Aquí, lo que pasa es que en un mundo donde solo sale el sol durante 15 segundos al día (y en forma de eclipse de estos tan de moda que te dejan la retina echa un trapo) hay un tío que trabaja en el museo pinchando insectos en un corcho y en casa se dedica a criar bichos de estos. Este hombre va a un psicólogo que le mira con un embudo por la oreja y ve un teatro los contradictorios recuerdos del chico donde pierde a su hermana (que nunca tuvo) a manos de un asesino o un lobo o ambos. Un día llega a casa y hay una mujer africana tumabda en la cama muy enferma, luego resulta que está preñada, y luego que además es su hermana, aunque él la recuerda caucasiana y pelirroja. Ella le pide que se olvide de la otra, pero luego se pega un tiro y él la cubre con mantas. Ella se convierte en una crisálida y él va grabándolo todo con una cámara de vídeo, y cuando eclosiona sale de dentro la pelirroja. Intercalado con todo esto (alargado hasta la extenuación) se encuentran también largas escenas de insectos ambientadas con una adormecedora música y un par de ancianos gemelos que no parecen pintar nada y que resultan si más no inquietantes aunque absurdos.

No estoy en contra del cine de autor, ni del cine onírico, ni del cine metafórico. Pero esta película parece un completo despropósito porque se muestra en exceso inaccesible para cualquier espectador que no sea el director y el ritmo de la misma no ayuda a que el espectador siga con tesón sacar algo de donde no hay nada.