PELI - Brazil - de Terry Gilliam

El ex-Monty Python Terry Gilliam nos presentaba en 1985 una versión de un futuro cercano en el que la sociedad se había convertido en algo muy despersonalizado, donde la gente eran combinaciones de cifras y letras más que seres humanos con un nombre propio. La burocracia demencialmente enrevesada sirve de apoyo para un gobierno totalitario en el que los ciudadanos deben pagar para ser investigados por una agencia secreta que les hará confesar lo que sea mediante torturas, y cuanto más tarden en confesar, mayor será el importe de la factura. Es en este mundo donde Sam Lowri, un burócrata nato, se niega a entrar a formar parte de estos desquiciados engranajes y prefiere mantenerse en el anonimato, donde puede dar rienda suelta a sus sueños de libertad expresados por una versión voladora de sí mismo que trata de liberar a su amada luchando contra los obstáculos insalvables que se le van presentando. Y sucede que por un error absurdo, un hombre inocente es 'invitado a colaborar con el centro de obtención de información', o lo que es lo mismo, la policía irrumpe en bandada en su apacible hogar para llevarselo y torturarlo hasta la muerte. Sam, intentando muy ingénuamente arreglar la situación entregando un cheque a la esposa del difunto, se ve inmerso en un remolino caótico en busca de la libertad en el que la norma es saltarse las normas establecidas y en el que conocerá a Harry Tuttle, un perseguido técnico de calefacción, y a Jill Layton, una chica a quien enseguida identifica con la joven de sus sueños.