La Isla (aka Seom) - DVD

Esta aclamada película de Kim Ki-Duk es, si más no, extraña.Va sobre una chica que regenta una especie de hotel pesquero compuesto de múltiples "casetas para perro flotantes tamaño humano" en las que viven tipos un tanto particulares. Durante el día la chica, que no dice una sola palabra en toda la película, se encarga de que todos tengan lo que necesitan, y por la noche pues también, pero de una manera algo más en el gremio de la prostitución si hace falta. El insípido mundo de esta chica se tambalea cuando en la caseta amarilla se instala un desesperado ex-policía que en un ataque de celos se cargó a su ex-amante (esto se sabe porque lo pone en la sinopsis, porque sino...) y a partir de allí todo es extraño. Se desean, pero se hacen daño (síquica y físicamente) tanto a sí mismos como al otro. En algunas ocasiones el nivel de masoquismo automutilativo es de un desagradable inquietante. Y así hasta el final de la peli, ahora me hago daño yo solito, ahora te pego una paliza, ahora me la pegas tú y ahora te haces daño tu solita. Todo esto evidentemente sazonado con escenas de sexo y unos paísajes melancólicos de considerable belleza.

El caso es que en esta peli todos están giraos, empezando por el director. El final no hay quien lo entienda, al menos no con un solo visionado. Me tragué los 10 minutos de entrevistas extra que hay en el DVD y el director hablaba de nosequé de la belleza de la autodestrucción y de que era una peli preciosa (que iba a decir sino). Como seguía sin aclararme sobre de que iba el final, miré por internet y en un foro descubrí que en una rueda de prensa el mismo Kim Ki-Duk comentó que el final era una metáfora acerca del amor y de cómo si se ama en extremo, la pareja puede resultar como una isla para uno mismo, y por eso el título de la peli.

Pero bueno, si dejamos de lado las pajas mentales del director y sus metáforas que solo él mismo comprende, la película esta bastante bien, y tiene diversas lecturas por ejemplo como reflejo de existencias vacías que se entrecruzan, todos viviendo en el mismo sitio pero cada uno en su propia islita pequeña, donde acercarse a los demás representa un esfuerzo y a veces un riesgo. Y sin olvidarnos que a pesar de todo lo demás, tanto las actuaciones como la fotografía son verdaderamente excepcionales.